Cultivar en el suelo tiene muchas ventajas. Las raíces, al no encontrar limitación de espacio, pueden extenderse a sus anchas, accediendo así a zonas más profundas en busca de agua y nutrientes. El suelo funciona como un reservorio de agua, evitando que sufran estrés hídrico tan fácilmente como en los recipientes. Pero en lo que refiere…